encorda2
Montaña enero, 2011

El entrenamiento en montaña

Entre los peligros subjetivos de la montaña está el entrenamiento. Es subjetivo porque no sabemos si estamos lo suficientemente preparados para la actividad que pretendemos realizar y porque podemos tener un mal día, que haga que nuestro rendimiento sea menor del esperado, pero esto no quiere decir que sin entrenamiento no podamos salir a la montaña. Hay personas que salen al monte para mejorar su salud y para estar en forma.  Si no entrenas, no sales a la montaña y si no sales a la montaña, no entrenas, es un circulo que hay que romper por algún lado y no precisamente quedándonos en casa.

Cuando nuestra falta de preparación física o técnica comienza a ser un peligro, es desde el momento en que nos ponemos un objetivo que se encuentra en el límite de nuestra capacidad física y técnica, o porque nos salimos del guión de nuestra actividad programada y producto de una momentánea borrachera de optimismo, motivación, euforia, etc., llevamos a nuestro cuerpo más allá de donde somos capaces de controlar nuestro rendimiento.

Recomendaciones: si has de afrontar un paso complicado, espera unos minutos para mentalizarte y recuperar unas pulsaciones aceptables. Recuerda que en grupo todos tenemos la misma forma física y técnica que el que peor va, si al más débil le sometes al stress de tenerte que seguir, es posible que sufra un accidente. No olvidéis que a la montaña salimos principalmente a pasar un buen rato.

El parkour: consiste en desplazarse de un punto a otro lo más fluidamente posible, usando principalmente las habilidades del cuerpo humano.  Damien Walter fue atleta olímpico en gimnasia, este vídeo me gusta porque primero se ve como ensaya y después cómo lo hace.  Estar al 100 por 100 en un nivel alto es muy duro, hay que ser muy disciplinado, me pregunto ¿cuántos mantecados se habrá comido estas navidades el Damien este? Seguro ni los probó!!! En montaña no hay actividad dura que regalen. Viendo este vídeo, espero que os motivéis para entrenar.

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6 Comentarios

  • Responder Juan Diego 7 enero, 2011 a las 2:36 am

    Feliz Año, Pedro y gracias por el post.
    Estoy de acuerdo en casi todo lo que expones salvo en una cosa y es el que la falta de preparación física se convierta en un problema cuando nos ponemos un objetivo, por así decirlo, muy alto.

    A veces, las circunstancias o el «nivel» de una actividad varían por causas ajenas a nuestra voluntad, por ejemplo debido a un cambio brusco de tiempo.

    Es ahí cuando, en mi opinión, un buen estado de forma que nos dote de una «reserva», nos permitirá afrontar con mayor seguridad el sobreesfuerzo que las nuevas condiciones nos van a exigir (bajada de temperatura, viento, etc.).

    Encontrándonos fuertes físicamente es muy posible, creo yo, que psicológicamente también lo estemos y que afrontemos las nuevas situaciones con más calma y que tomemos decisiones más acertadas.

    Perdón por la «pedrá»

    P.D. el vídeo es una pasada menúdo fenómeno.

    • Responder Encorda2 7 enero, 2011 a las 1:55 pm

      ¡Hola Juan igualmente feliz año! totalmente de acuerdo contigo, de predrá nada 🙂 estamos diciendo lo mismo solo que has empleado un ejemplo práctico, te pongo alguno más: desde que aparco el coche hasta que llego a cumbre tardo 6 horas, ese es el 80% de mi capacidad física, si por circunstancias como las que has descrito, o por que la nieve está profunda y me llega a las rodillas, después de 6 horas no he llegado a la mitad del recorrido, obviamente me tengo que dar la vuelta, aunque en condiciones normales tarde 6 horas en llegar a cumbre, está claro que algo ha cambiado que me va ha impedir llegar hasta arriba, imagina que 6 horas de marcha es el 30 % de mi capacidad, y tardo 14 horas en llegar a cumbre, lo he conseguido porque tengo una condición física superior al anterior caso. Si como dices hay que tener un buen estado de forma para que te dote de una «reserva» para afrontar el sobreesfuerzo, has de elegir la actividad conforme a esa reserva puesto que todos no somos iguales físicamente, por eso cuando eliges una actividad que está en tu límite físico y tienes contratiempos como los descritos, corres peligro de desfondarte, sufrir un accidente producto del cansancio o quedarte sentado porque simplemente no puedes más etc., «condiciones ajenas a nuestra voluntad», son peligros objetivos de la montaña están ahí y no los podemos controlar, a cualquiera les puede ocurrir, si decido salir con mala previsión meteorológica o porque no la he mirado a un recorrido sea o no exigente, eso es un error que nada tiene que ver con la forma física, hay quien ha muerto de agotamiento y estaba muy fuerte. Respecto a la capacidad mental para afrontar una actividad dura, que para afrontar un imprevisto, creo que son dos cosas diferentes, el tema está muy abierto a interpretación. La misma que uso para pensar que estamos diciendo lo mismo con ejemplos diferentes.

      El vídeo viene a decir que si quieres está arriba y hacer actividades al máximo nivel tienes que entrenar, ser disciplinado y hacer muchos sacrificios, si no, hay que hacer actividades acordes a nuestra preparación.

      Perdón por el «ladrillo» 🙂 🙂

  • Responder Manuel Castro 7 enero, 2011 a las 10:19 pm

    Después de leer los dos comentarios, quería completar vuestra información añadiendo, que siempre que realizamos una actividad física con alto requerimiento físico como son las actividades de montaña, tenemos que luchar contra la fatiga.

    Las principales causas son el exceso de trabajo físico superando los límites de tolerancia bien sea por elevados volúmenes del mismo o por utilizar cargas demasiado intensas, también se puede deber a la deficiencia en los descansos o a no respetar los períodos de reposo adecuados e incluso por una alimentación e hidratación incorrectas e insuficientes, todo ello llevará a una serie de estados, carencias y alteraciones fisiológicas como:

    Disminución en las reservas energéticas como por ejemplo el glucógeno.

    Acumulación de sustancias resultantes del metabolismo como el ácido láctico.

    Cambios enzimáticos, electrolíticos, hormonales, celulares, etc.

    Estas causas son de carácter fisiológico dando lugar a lo que se conoce como fatiga física, pero un proceso de fatiga también viene acompañado de mermas en otros niveles: la fatiga mental que se debe, entre otras causas, a la pérdida de la concentración necesaria, la fatiga sensorial a disminuciones en la percepción visual, auditiva o táctil y la fatiga emocional a la ausencia o alteración de los estímulos emocionales necesarios para alcanzar el rendimiento optimo. En realidad podemos hablar por un lado de fatiga física (motora y coordinativa) y por otro de fatiga nerviosa ( mental, sensorial y emocional) pero que no se manifiestan de forma aislada e independiente, sino que lo hacen de forma combinada dando lugar a diversos síntomas.

    Síntomas:

    Cuando un deportista comete algunos de los errores descritos anteriormente su organismo comenzará a sufrir esas modificaciones fisiológicas y como consecuencia se podrán detectar los siguientes síntomas:

    Sensación de cansancio incluso al realizar las acciones más simples y ligeras.

    Pesadez muscular en ocasiones acompañada de molestias o pequeños dolores.

    Alteraciones en el ritmo cardíaco y respiratorio.

    Falta de coordinación en los movimientos y errores en la ejecución.

    Deseo de dejar de realizar la actividad.

    Para finalizar, recordaros que en los deportes de equipo la aparación de la fatiga puede suponer una mala entrada, una tarjeta o fallar un gol, en la montaña puede ser un fatal desenlace.

  • Responder Picos de Europa 10 enero, 2011 a las 5:49 pm

    muy interesante todo.. el texto y los comentarios

    saludos

  • Responder Juan Diego 10 enero, 2011 a las 10:27 pm

    Ladrillo a ladrillo….constuiremos un castillo….jajaja

    Efectivamente Pedro, creo que decimos lo mismo. Con el nuevo ejemplo que pones, entiendo mejor la afirmación de la que discrepaba en un principio.

    En otro orden de cosas, Manuel Castro expresa de manera perfecta, a qué me quería referirme con lo de «fortaleza psicologíca» ya que, si se está en buen estado de forma, la fatiga mental será menor al ser menor también nuestra fatiga física.

    Un saludo

  • Responder Encorda2 12 enero, 2011 a las 10:18 pm

    Muchas gracias por las aportaciones, leyéndolo con más tranquilidad el post ha quedado más completo y con muy buena información, es de lo que se trata.

    Gracias a las «pedrás» 🙂 ladrillos y a Manuel Castro.

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