Educación en seguridad en montaña
Parece que con este título estoy refiriéndome a la incorporación de una nueva asignatura de seguridad en montaña para que la estudien en las escuelas, nada más lejos de la intención de este post, suficiente hemos hipotecado el futuro de nuestros más pequeños como para pedirles que aprendan ellos lo que nosotros no queremos hacer.
Hace unos meses leí que si enseñáramos a los más jóvenes conceptos bancarios como el interés variable, fijo, préstamo, el euribor, suelo de las hipotecas, depósitos, plazo fijo y variable, acciones de una empresa, etc, nos hubiéramos ahorrado un montón de dinero, pues la gente sabría que firmaba y seguramente sería menor la ruina en la que vivimos. Hay más iniciativas dirigidas a nuestros jóvenes, como «enseñar a los niños a amar el cine en las escuelas así resurgiría el sector», enseñar en los colegios educación vial para reducir los accidentes de tráfico, ecología para reciclar y cuidar el medio ambiente etc, educación en emergencias, cómo reaccionar ante un accidente y cómo hacer un RCP.
Estoy totalmente de acuerdo que con estas medidas activarían nuestra economía, contaminarían menos y salvarían vidas, lo único que me gustaría añadir es que no hay que enseñarlo en las clases, tiene que aprender esto todo el mundo.
Entendemos la educación como un periodo concreto de nuestra vida y una vez concluido no tenemos que hacer nada más, y eso es una tentación a la que no tenemos que caer cada vez que pedimos que nuestros jóvenes tienen que aprender esta o aquella cosa, dando por fracasada nuestra generación, sea cual sea.
Debemos seguir aprendiendo durante toda nuestra vida, cuando menos lo esperemos volveremos a banco y no sabremos qué firmamos, no entenderemos lo que el cine es capaz de transmitir, no sabremos interpretar las nuevas señales de tráfico y seguiremos sin saber hacer un RCP, estaremos siempre en el mismo escenario y nunca avanzaremos.
Cuando hice el vídeo con mis sobrinos y ajenos estos a lo que se les viene encima, pensaba que tendría que preparar una respuesta. En menos de 15 años ellos me preguntarán a qué jugábamos cuando llenamos sus costas y sus montañas de hormigón, entre otras cosas, esta generación tendrá el derecho de pedirnos explicaciones y sacarnos los colores.
El aprendizaje ha de ser continuo en todos los ámbitos de nuestra vida, como estamos en una página de seguridad en montaña, si salimos al medio natural habitualmente, tenemos que aprender a movernos por el terreno, preparar el material y saber orientarnos como mínimo, para que cuando necesitemos realmente ayuda la podamos pedir y saber reaccionar en caso de accidente en montaña.
Delegar y proponer el aprendizaje refiriéndonos sólo a las escuelas, es aludir nuestras responsabilidades en una sociedad que cada vez necesita más de la participación ciudadana, esto no significa ayudar en un telemaratón para conseguir fondos para tal o cual cosa, si los más jóvenes no ven en los mayores un modelo de conducta a seguir, ¡cuál seguirán!, echaremos la culpa a los colegios por no haberles enseñado un montón de cosas.
Por mi parte lo único que puedo hacer es seguir con esta página, os vuelvo a poner el vídeo donde mis sobrinos aprendieron lo que es el 112, y yo de ellos la visión que tienen de los riesgos de asomarse a los precipicios y cómo funciona un servicio de emergencias sin yo decirles nada, servicio que quizás no tengan el privilegio de disfrutar de forma gratuita.
Espero que para solucionar sus problemas dentro de 15 años no se les ocurra fomentar la construcción y decir eso de: «que lo aprendan en los colegios»
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