Perros en la montaña: el riesgo oculto.
Perros en montaña: un riesgo que debemos considerar.
Salir a la montaña acompañado de un perro es una experiencia maravillosa. Nos conecta, nos mueve y nos hace sentir que formamos una pequeña cordada de dos. Pero ese vínculo emocional tiene una cara menos conocida: la montaña no entiende de afectos, y un perro puede convertirse en el desencadenante de un accidente grave o mortal.
Las noticias lo dicen con crudeza. No son casos aislados. No son hechos fortuitos. Son patrones.
En noviembre de 2025, una mujer fallecía en la canal del Texu, bajando con un brazo escayolado y con su perro sujeto con una correa. Apenas un mes antes, otra montañera de 27 años se precipitaba en el Pico de las Neveras junto a uno de sus perros. Su familia seguiría días después pidiendo ayuda para recuperar a su perro Kona, que aparecería sin vida días después.
No son historias lejanas. Son realidades que se repiten, año tras año, siempre con el mismo denominador común: la toma de decisiones se altera cuando nuestro perro está en peligro o nos arrastra sin querer.
Ahí está el caso del montañero que cae 18 metros por un barranco intentando salvar a su perro y ambos logran sobrevivir. O la mujer rescatada tras lanzarse al agua entre el Torío y el Bernesga para sacar a su mascota. En Alaska, hallaron los cuerpos de una mujer y su perro abrazados, ambos fallecidos después de que ella se lanzara a un río helado para rescatarlo.
Y hay más: ahogamientos intentado salvar a un perro arrastrado por una ola (2022), caídas a pozos intentando rescatar al animal, en Santa Margalida, Toledo, Alpedrete, (2021, 2020), Defensa heroicas por parte de una mujer de 74 años que salta sobre un caimán de 1,80m que estaba atacando a su perro, el perro fue operado, pues el caimán le había clavado los dientes profundamente, y su dueña tuvo que recibir puntos de sutura por las dentelladas del caimán. (2021).
La lista es larga, y muy parecida en todas sus versiones.
Lo que dicen las noticias… y lo que he visto en rescates reales.

A lo largo de mis más de 30 años de rescate en montaña, he visto de cerca lo que estas noticias describen desde fuera, así como la evolución del rescate principalmente de personas al de también sus mascotas. Unas por vínculo emocional y otras para que no arriesguen la vida innecesariamente.
He rescatado al dueño junto a su perro, no podían salir de allí, había bajado para rescatar a su perro al fondo de un barranco, después de que el animal saliera disparado detrás de otro perro y ambos saltaran pendiente abajo, solo sobrevivió uno de ellos, en aquella ocasión dejamos al pobre animal fallecido allí mismo, pero ahora creo que también hubiéramos subido el cuerpo del otro para su dueño.
En otro rescate, encontramos a un perro al final de una canal helada junto al cuerpo de su dueño, testigo mudo de lo ocurrido. La escena nos llevó a pensar que quizá, sin querer, fue quien lo desequilibró en un punto delicado. Los perros sueltos también tienden a pasar correteando al lado del dueño y otros montañeros entre las piernas, cuando la senda es estrecha provocando tropiezos.
Estas situaciones no nacen de la imprudencia consciente. Nacen del vínculo emocional, somos capaces de arriesga para salvarlos, y también ellos pueden provocar nuestra caída.
Hemos de ser conscientes cada vez más de este riesgo
El perro atado
La normativa es clara en muchos espacios naturales: el perro debe ir atado. Y tiene sentido para proteger fauna y evitar conflictos. Pero en montaña técnica o en terreno expuesto, atar el perro a tu cuerpo implica otra realidad:
si el animal tira, resbala, se asusta o pega un salto… arrastra al dueño detrás.
Esto no es una posibilidad remota. Un pequeño tirón puede ser suficiente para provocar una caída fatal.
¿Solución? Formación, criterio y límites claros

Y entre ellas están:
- Elegir rutas adecuadas al perro, forma física y tamaño.
- No entrar con él en terreno expuesto o aéreo.
- Tomar la decisión de renunciar a ciertos itinerarios cuando vamos con perro.
- No arriesgar nuestra vida por salvarlo. Sé que suena terrible, pero es un hecho: si mueres tú, nadie salva al perro. Si te mantienes con vida, él tiene opciones.
- Las condiciones ambientales de temperatura no son las mismas para un perro como para una persona.
Problemas frecuentes de los perros en montaña

Los perros también sufren en montaña, y muchas veces no lo muestran hasta que el daño ya está hecho. La deshidratación es habitual, especialmente en rutas largas o calurosas, porque su termorregulación es mucho menos eficiente que la nuestra.
Las almohadillas son otro punto crítico: se cortan con roca afilada, se abrasan en suelo caliente y se agrietan o congelan en terreno helado.
La temperatura se estratifica por centímetros, en verano sobre todo no es la misma temperatura a 20 centímetros del suelo que a 1,50 metros.
Tampoco regulan bien el esfuerzo: muchos perros siguen avanzando aunque estén exhaustos, lo que puede derivar en golpes de calor o colapso.
En zonas de nieve pueden hundirse más que nosotros, lesionarse o quedar atrapados.
En terreno vertical o pedregoso, sufren caídas, esguinces y golpes sin que podamos asegurarlos como a un compañero humano.
Además, pueden desorientarse y perderse.
Nuestra responsabilidad para con los perros en montaña
Los perros no son montañeros, la gestión del riesgo ha de involucrarles a ellos también, solo quieren estar con nosotros, ellos disfrutan de cualquier momento, somos nosotros los que debemos llevarlos por un terreno que se adapte a sus necesidades.
Queremos hacer montaña o pasear a nuestro perro, en ocasiones esto no conjuga bien.

No he querido entrar en cuestiones sobre el civismo de los dueños de los perros en la montaña, ya han generado conflictos en refugios vivac, zonas de escalada, marchas extenuantes sin agua etc, es verdad que es una responsabilidad de cuidador, y el perro no tiene ninguna culpa, solamente disfruta de la compañía de su dueño, esto da para otro post, me he centrado simplemente en la seguridad en montaña con perros, que mal la vamos a gestionar si no tenemos suficientes conocimientos en montaña.
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