El Otoño y los cambios en la Fauna
El Otoño y los Cambios en la Fauna
Por Juan Carlos Poveda Vera
El otoño es una de las épocas del año junto a la primavera, en que mayores son las transformaciones que ocurren en la naturaleza, desde el punto de vista climático, cromático y fisiológico.
Cuanto más nos distanciamos del ecuador, más acusados serán los cambios en cuanto a temperaturas, horas de insolación, régimen pluviométrico, etc.
Cambios de color, los Carotenos
En la región Mediterránea, por ejemplo, estas variaciones son debidas a la finalización de la pertinaz sequía estival por la aparición de las primeras lluvias, y el descenso de las tórridas temperaturas del verano, lo cual se traduce en una increíble transformación del paisaje con tonalidades que tornan desde el ocre de la tierra agostada al verde de la hierba que renace, al azul del limpio cielo salpicado de borreguitos blancos, o al naranja, rojo y amarillo de los caducifolios que muestran sus ocultas pigmentaciones.
Pigmentos que ya nos mostraban las aves e insectos durante la primavera, puesto que al consumir los tiernos brotes primaverales, incorporan a sus tejidos las substancias (carotenos) que dan originan el color rojo, naranja o amarillo de las hojas en otoño al ser reabsorbida la verde clorofila que con su intensa coloración enmascara al resto de colores.
Estos carotenos son los responsables por ejemplo, de los explosivos colores de las mariposas, que al ser consumidos por sus orugas, los muestran tan altivamente en sus alas tras la metamorfosis.
O en el caso de las aves, que al alimentarse de orugas y otros insectos fitófagos, incorporan en su plumaje los vivos y brillantes tonos de los carotenos, mostrando con ello no solo su buena alimentación, sino, en el caso de los machos, sus grandes dotes como recolectores para alimentar a la prole, lo cual les beneficia para ser así seleccionado como pareja. Cuantas más orugas consumen, más pigmentación adquieren y más atractivos se tornan.
Cambios etológicos en la fauna
Así mismo, la fauna se despereza tras un largo estío tratando de sobreponerse a las altas temperaturas y escasez de agua. La actividad vuelve a ser frenética, en unos casos con intención de prepararse para el largo y duro invierno que se acerca, y en otros porque se desencadena el ritual de la reproducción.
La Berrea
Uno de los eventos más impactantes en cuanto a esto último, es “la berrea”, el ritual del cortejo amoroso del ciervo. Ocurre entre mediados de septiembre y octubre, adelantándose o atrasándose dependiendo de la latitud.
Lo más impresionante de este fenómeno son los combates entre machos y el potente y ronco bramido que resuena a grandes distancias en las áreas boscosas en las que habitan. La potencia y frecuencia del gutural sonido, muestra la corpulencia y salud del ejemplar que lo emite, indicando así a las hembras si merece la pena acercarse o no a elegir, y al resto de machos si puede resultar un difícil contrincante.
Suelen elegir para este despliegue, lugares despejados entre el arbolado, con sombras, agua y buen pasto. Una vez establecido el escenario y atraído al harén, ocupa el tiempo completo a defenderlo, bramar continuadamente y cubrir a las hembras, sin descanso apenas para comer. Esto va mermando sus reservas, momento que aprovechan los adversarios para adentrarse en el territorio. Es entonces cuando otro animal de bramido similar, se atreve a aproximarse, se sitúa en paralelo para medirse en tamaño, corpulencia y cornamenta. El siguiente paso será enfrentar la testa para medir la cuerna y si finalmente están equilibradas las fuerzas, se produce el enfrentamiento que puede llegar a tener consecuencias fatales por las terribles heridas que pueden llegar a infligirse.
La Ronca
Algo menor en tamaño, el gamo, necesita menor tiempo para que se produzca la gestación, por lo que a pesar de que los partos también se producirán en la primavera siguiente, el celo de este ungulado, da comienzo entre tres semanas y un mes más tarde que en los ciervos.” La ronca” del gamo, comienza durante el mes de octubre, en algunos territorios se solapa con la berrea, siendo una época excelente para la observación de estos animales, que pierden en parte el recelo instintivo que les despertamos, para dejarse ver a distancias impensables durante el resto del año.
Este comportamiento es mucho menos llamativo, en el sentido de que el sonido es menos impactante, pues se asemeja a un simple y fuerte ronquido, más parece emitido por un jabalí que por un gamo. Pero el resto del ritual es más o menos el mismo hasta desencadenar el combate.
La Migración
También es la época en que las aves que han pasado el estío en latitudes norteñas, comienzan a migrar para huir del duro invierno que se avecina. Vuelan durante miles de kilómetros para buscar un hogar más al sur, donde los frutos de otoño como las zarzamoras, endrinas, majoletas, escaramujos, se engalanan con tonalidades rojas o moradas que muestran su madurez. Sin estas nutritivas drupas, muchos de los animales que recalan en nuestros territorios, morirían exhaustos al no poder recuperar la energía perdida durante su costoso viaje.
Así pues, múltiples son las transformaciones que marcan esta estación. En cualquier caso, el otoño es uno de los momentos más interesantes para adentrarse en un sendero por un tupido bosque o por una descarnada montaña, por la sobrecogedora paleta de colores, olores, sonidos y sensaciones que nos muestra la naturaleza mientras se despereza tras haber permanecido adormecida durante el intenso calor estival. ¡Sal a descubrirlos!.
Enlaces de interés:
Sonido de la berrea
http://herramientas.educa.madrid.org/animalandia/sonido.php?id=3
Mi pequeño homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente y sus documentales:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-hombre-y-la-tierra/hombre-tierra-berrea-del-venado/839078/
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Buen trabajo. Pedro es un lujo que participen en tu página personas con el conocimiento y la trayectoria de Juan Carlos Poveda, gracias a vosotros cada día sabemos más.